El 13 de enero de 2018 entró en vigor la Directiva revisada sobre servicios de pago (PSD2). Como comentamos en el otro artículo, la Directiva PSD2 tiene como objetivo la protección del usuario o cliente de servicios financieros, pues da mayor seguridad a los pagos electrónicos y al permiso de acceso a la cuenta; además de fomentar la competencia y la innovación en el sector financiero y, en concreto, en el sector de los pagos.
La Directiva pide a los bancos que permitan acceso a terceros (los proveedores de servicios de pago – TPPs) a las cuentas de sus clientes, en caso de que éstos lo aprueben, ya sea para servicios de información agregada sobre una o varias cuentas de pago del cliente, ya sea para efectuar pagos mediante transferencia por cuenta del cliente.
Es decir, la PSD2 regula que la transferencia de la información financiera de los clientes de los bancos a las empresas de servicios de pago se realice de forma más organizada y adecuada, a través de APIs (Application Programming Interface) o interfaces de programación de aplicaciones, y que los clientes consientan los datos que quieren facilitar a las empresas de servicios de pagos. Hasta ahora, estas utilizaban técnicas para extraer los datos de la posición global de sus clientes en diferentes bancos, de una forma poco controlada.
La PSD2 supone que:
- Los proveedores de servicios de pago (TPPs) puedan ofrecer servicios financieros con los que desintermedian la relación de los bancos con el cliente, cualquiera que sea el medio, el soporte o la entidad financiara con la que trabajen.
- Los consumidores, empresas o particulares, puedan pagar desde su cuenta corriente, sin intermediarios (por ej. Visa o Redsys).
- Las empresas, que hasta ahora han intermediado en los pagos, deben replantear su propio rol. Por ejemplo, los bancos no serán necesarios para la mayoría de las transacciones, los nuevos agentes o empresas de servicios de pago ocupan su rol y ofrecen productos financieros que cubren las necesidades del cliente de forma personaizada, en los que prima la experiencia del cliente.
La PSD2 obliga a los bancos a una transformación profunda, pues requiere la adaptación al nuevo entorno competitivo de su infraestructura tecnológica y servicios e incluso, en algunos casos, la transformación del modelo de negocio.
La PSD2 reduce las barreras de entrada y permite que nuevos agentes introduzcan en el sector productos y servicios alternativos, que compiten con la banca tradicional, como los challenger Banks. Además, han aparecido en el sector los nuevos “bancos líquidos” o neobanks, que no funcionan con licencia bancaria sino que son empresas FinTech que desarrollan su software sobre la infraestructura de una entidad financiera garante, en la que los clientes depositan el dinero. De ellos nos habló el experto David Jiménez Maileres en una de las entrevistas que nos concedió.
Con ello se están generando plataformas de colaboración donde bancos y empresas FinTech puedan trabajar juntas ofreciendo productos complementarios para sus clientes. Los bancos tienen que atraer a empresas FinTech, a desarrolladores y otras empresas, para crear ecosistemas donde se generen nuevos modelos de negocio y servicios para los clientes. Esta es la propuesta del proyecto Bankia FinTech by Innsomnia, la primera incubadora y aceleradora fintech de España, impulsada por Bankia y gestionada por Innsomnia; así como del API Marketplace creado por BBVA, que abre su plataforma y sus servicios core a través de las APIs abiertas.
Aunque la verdadera amenaza de los bancos son las BigTech. Conocidas por su acrónimo GAFA, los gigantes Google, Amazon, Facebook y Alibaba tienen la gran ventaja sobre los otros agentes del sector, además de la base amplísima de clientes que tienen, el hecho de la cercanía y confianza con esos clientes, potenciada también por sus últimas apuestas tecnológicas relacionadas con los servicios de pagos.
La alta competitividad del sector y la necesidad de crear sinergias para afrontar el desafío de estos gigantes tecnológicos, empujan a desterrar la idea de litigio entre la banca y las FinTech y a construir conjuntamente, bancos y empresas, un nuevo modelo de negocio bancario más sostenible, orientado al cliente, dado el papel imprescindible del sector financiero para el desarrollo económico y social.
Aunque la banca tradicional todavía tiene la ventaja en muchas áreas, particularmente en lo que respecta a las bases y escala de clientes, las empresas FinTech están creciendo rápidamente y poseen fortalezas como procesos ágiles y tecnología innovadora. El movimiento hacia Open Banking y las APIs abiertas solo podrá aumentar la velocidad del cambio en la industria, en la medida que las empresas FinTech generen modelos de negocio y tecnologías que les permitan alinearse con las nuevas oportunidades con rapidez.
Escribe aquí un comentario