Hablamos hoy de otro instrumento de financiación en operaciones de exportación que utilizan las empresas: el contrato de consignación entre socios internacionales de la cadena de suministro. Es, en realidad, una variación de las transacciones de cuenta abierta.
El exportador y el distribuidor extranjero –importador- realizan un contrato por el que este último adquiere la posesión real de los productos o bienes de la transacción mientras gestiona su venta en el país de destino, aunque el propietario siga siendo el exportador, hasta que se vendan al cliente final. El distribuidor (o agente independiente) extranjero cobra una comisión por su trabajo y solo paga al exportador cuando vende la mercancía y únicamente por la que ha vendido. Lo que no consiga vender, ha de devolverlos al exportador a precio de coste.
Son operaciones que conllevan mucho riesgo para el exportador, por una parte porque no está garantizado el pago de las facturas de los productos o bienes que exporta para su posterior venta y, por otra, porque pierde temporalmente la disponibilidad de los mismos. El comprador consignatario, depositario de la mercancía, responde frente al deterioro o pérdida que pudieran sufrir, mientras están bajo su posesión.
Sin embargo, hay razones por las que al exportador le puede interesar utilizar esta modalidad, como es ganar en competitividad, tomando ciertas precauciones: buscar distribuidores como socios internacionales de la cadena de suministro, que tengan buena reputación, en los que pueda confiar, o buscar a un proveedor externo de logística que opere en el mercado extranjero, etc.
En el post en el que tratamos sobre cómo afecta la digitalización a los operadores logísticos de la cadena de suministro, explicábamos que la estandarización actual de las operaciones empresariales y de los almacenes fomentan que se contrate a empresas de logística especializadas para realizar esas funciones de forma más eficaz y que, en algunos casos y de forma consensuada, el operador de logística puede llegar a dirigir las operaciones de la cadena de suministro, aprovechando su papel de intermediario entre la empresa proveedora y la empresa cliente.
En cualquier caso, en la venta a consignación es vital la colaboración entre las empresas y agentes que son socios internacionales de la cadena de suministro. En algunos casos, se podrían aprovechar las ventajas que ofrecen algunos servicios y plataformas B2B colaborativas.
Otra ventaja para los exportadores al firmar un contrato de consignación, es que logran reducir los costes de almacenaje y gestión de inventario. Esto puede redundar en el ajuste del precio final, haciendo a la empresa exportadora más competitiva en el mercado extranjero. Además, al estar los productos o bienes almacenados cerca del cliente final, la empresa puede ofrecer a los clientes mayor disponibilidad de la mercancía y más rapidez en la entrega.
Por otra parte, el contrato de consignación puede ser una herramienta útil para el exportador en caso de querer entrar en un nuevo mercado extranjero, si cuenta con la confianza de un agente que ya tiene experiencia de ventas en él.
El exportador ha de estudiar también si tiene posibilidades de financiación y crédito, y debe contar con un seguro apropiado para cubrir los bienes consignados en tránsito o en posesión del distribuidor extranjero. También debe cubrirse el riesgo de la falta de pago, por ejemplo con un seguro de crédito a la exportación.
Algunos de los instrumentos de financiación que puede escoger -uno o más de ellos- son los siguientes:
- Financiación de capital de trabajo en exportación, que se puede concretar en un préstamo o una línea de crédito revolvente, o utilizar otras fórmulas de financiación.
- Programas de capital de trabajo para la exportación garantizados por el gobierno de un país.
- Seguro de crédito a la exportación.
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